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¿Por qué la gastritis empeora con el estrés? Descubre su vínculo emocional y digestivo

Muchos pacientes repiten lo mismo: “cuando estoy nervioso, mi estómago se inflama”, “cuando tengo estrés, me arde más el estómago”, “si tengo un disgusto, me duele hasta la espalda”. Frases como estas reflejan una realidad clínica cada vez más evidente: el vínculo entre la gastritis y el estrés no solo existe, sino que es fundamental en su aparición, mantenimiento y empeoramiento. Comprender esta conexión es clave si buscas aliviar tus síntomas de manera duradera.

En este artículo abordaremos por qué el estrés empeora la gastritis, qué rol juegan las emociones y cómo intervenir para tratarla desde la raíz.

El estómago no solo digiere comida, también emociones

Desde la fisioterapia integrativa, especialmente a través de la metodología Fiit Concept, entendemos que el aparato digestivo no está aislado del resto del cuerpo ni de nuestra historia personal. Muy al contrario, es un eje central en el que confluyen funciones físicas, emocionales y energéticas.

El estómago, específicamente, responde al sistema nervioso autónomo. Cuando estás estresado, tu cuerpo entra en un modo de alerta que afecta el riego sanguíneo, la producción de jugos gástricos y la motilidad digestiva. Y si a este estado le sumamos emociones reprimidas, conflictos sin resolver o una presión interna constante, la mucosa gástrica se inflama y se irrita con mayor facilidad.

¿Cómo influye el estrés sobre la gastritis?

Hay varios mecanismos a través de los cuales el estrés puede desencadenar o agravar una gastritis:

  1. Aumento del ácido gástrico: ante situaciones de estrés, el cuerpo libera cortisol y adrenalina, lo que estimula la secreción de ácido clorhídrico. Esto puede provocar acidez y dañar la mucosa gástrica.
  2. Disminución del flujo sanguíneo digestivo: el cuerpo prioriza músculos y cerebro durante la alerta, reduciendo el riego a órganos digestivos, lo que ralentiza la digestión y dificulta la reparación de tejidos inflamados.
  3. Tensión muscular visceral: el diafragma y los músculos abdominales se tensan, alterando la presión en la zona gástrica.
  4. Cambios en la flora intestinal: el estrés modifica la microbiota, desequilibrándola y contribuyendo a inflamaciones y fermentaciones anómalas.
  5. Emociones no digeridas: el cuerpo intenta “sacar fuera” aquello que no puede gestionar emocionalmente, y lo hace a través de somatizaciones.

Emociones típicamente asociadas a la gastritis

Desde el punto de vista emocional, existe un perfil común entre quienes padecen gastritis crónica:

  • Personas con hiperresponsabilidad: se cargan con más de lo que les corresponde, se exigen demasiado.
  • Tendencia a la autoexigencia extrema: nunca es suficiente lo que hacen, siempre sienten que deben mejorar.
  • Dificultad para expresar emociones como la rabia, el enfado o la frustración.
  • Sensación de tener que tragar con todo, tanto en el trabajo como en la familia, sin poder poner límites.

     

Estas emociones tienden a reprimirse o a mantenerse bajo control consciente, pero el cuerpo, que no miente, acaba sacándolas a través del sistema digestivo. El estómago se convierte así en un “contenedor de tensión emocional”, que se inflama como respuesta a lo que no se puede digerir en lo emocional.

El estrés digestivo no es solo mental: también es visceral

Muchas personas creen que el estrés es solo una reacción mental a una carga laboral o personal. Sin embargo, hay también un estrés visceral: una sobrecarga funcional de órganos como el hígado, la vesícula biliar o el páncreas que también genera irritabilidad digestiva.

En la gastritis, el órgano clave suele ser el estómago, pero en muchas ocasiones está implicado también el hígado. De hecho, es muy frecuente que personas con gastritis crónica presenten síntomas asociados a disfunción hepática:

  • Sensación de ardor en la boca del estómago.
  • Hinchazón abdominal tras las comidas.
  • Malestar al ingerir grasas.
  • Dolor en zona interescapular derecha.

En estos casos, el abordaje se amplía y el tratamiento debe contemplar también al hígado y al estrés canalizado hacia este órgano.

¿Cómo actuar sobre el estrés para mejorar la gastritis?

Desde Fiit Concept, proponemos un abordaje completo y estructurado. Aquí algunos ejes clave:

1. Identificar el tipo de estrés

No todos los estreses son iguales. Es fundamental distinguir entre:

  • Estrés agudo (por un evento reciente).
  • Estrés crónico (por un entorno o situación mantenida).
  • Estrés de carácter (propio de tu forma de ser, más allá de los acontecimientos externos).

Este último es el más difícil de detectar, pero también el más frecuente en gastritis crónica. Personas que viven en “modo tensión” sin ser conscientes de ello.

2. Revisión profunda de tu estilo de vida

Es esencial evaluar si tu estilo de vida actual es coherente con tu bienestar digestivo. Algunas preguntas clave:

  • ¿Duermes lo suficiente?
  • ¿Comes a toda prisa o bajo presión?
  • ¿Tienes momentos de descanso reales?
  • ¿Tienes espacio para ti o siempre priorizas a los demás?

Cambiar estos factores no es opcional si buscas una solución definitiva.

3. Liberación emocional

No se trata solo de hablar de tus emociones, sino de procesarlas corporal y energéticamente. En nuestros programas online enseñamos cómo tomar conciencia de lo que “se está tragando” sin digerir, y cómo expresar o canalizar emociones como la rabia sin dañarte ni dañar a otros.

4. Apoyo con fitoterapia y dieta

Plantas como la melisa, el azahar, la pasiflora y el regaliz ayudan a equilibrar el sistema nervioso y a proteger la mucosa gástrica. La alimentación debe evitar excitantes, grasas saturadas y alimentos difíciles de digerir. La dieta debe ser suave, calmante y orientada a desinflamar.

5. Toma de conciencia

Todo cambio duradero empieza por una toma de conciencia. Cuando comprendes que tu gastritis es un mensaje del cuerpo para que cambies tu forma de vivir y de relacionarte contigo mismo, dejas de luchar contra el síntoma y comienzas a transformar tu vida desde su raíz.

Conclusión: la gastritis es la expresión de una sobrecarga emocional mal gestionada

El ardor de estómago, la acidez y el reflujo no son solo problemas gástricos. Son mensajes del cuerpo, avisos que indican que hay una tensión interna que no se está gestionando adecuadamente. A veces el conflicto está en tu agenda, otras en tu cabeza, pero casi siempre también en tu corazón.

Y sí, es posible revertir esta dolencia. Pero no desde la pastilla ni desde el silencio, sino desde la comprensión profunda y la transformación personal.

En nuestro programa online para el tratamiento de la gastritis te damos las herramientas necesarias para descubrir la verdadera causa de tu dolencia, aliviar los síntomas y construir un nuevo equilibrio. 

Un acompañamiento completo, desde la raíz del problema, para que no tengas que volver a vivir bajo el peso del ardor, el reflujo o la ansiedad digestiva.

Mayo 15, 2025

Mayo 15, 2025

Iñigo Junquera